viernes, 27 de agosto de 2010

El Reloj y su Evolucion

Historia

Los antiguos conocieron varias especies de relojes. Vitrubio habla del reloj de agua o clepsidra, el de aire, el de sol y de otras especies que nos son desconocidas.
Los egipcios medían con la clepsidra los movimientos del sol y de igual medio se valía el ilustre astrónomo para sus observaciones. Las clepsidras y los relojes de sol fueron inventados en Egipto en tiempos de los Ptolomeos; las clepsidras fueron después perfeccionadas por Escipión Nasica o según otros por Ctesibios (discípulo de los oradores romanos) medían con ellas la duración de sus discursos.

 Clepsidra


 Reloj de sol


Se cree que los grandes relojes de pesas y ruedas fueron inventados en Occidente por el monje benedictino Gerberto (Papa, con el nombre de Silvestre II, hacia finales del siglo X) aunque ya con alguna anterioridad se conocían en el Imperio bizantino. Según otras fuentes, el primer reloj de que habla la historia construido sobre principios de mecánica es el de Richard Wasigford, abad de San Albano, en Inglaterra, que vivió hacia el 1326, pues al parecer la invención de Gerberto, después Silvestre II, no era más que un reloj de sol. El segundo es el que Santiago Dondis mandó construir en Padua hacia el 1344 y en el cual según refieren se veía el curso del sol y de los planetas. El tercero fue el que había en el Louvre de París, mandado traer de Alemania por el rey Carlos V de Francia. El antepasado directo de estos instrumentos podría ser el complejo mecanismo de Anticitera, datado entre el 150 y el 100 a. C.


En España, el primer reloj de torre fue el de la catedral de Barcelona llamado «seny de les hores», de 1393. El de Sevilla data de 1396. El primero que imaginó construir relojes de bolsillo fue Pedro Bell de Núremberg; su figura les valió el nombre de «huevos de Núremberg». En 1647, Christiaan Huygens aplicó a los relojes de torre o de pared el péndulo, cuyo descubrimiento se debe a Galileo. Huygens dividió la hora en 60 minutos y éstos en 60 segundos. El mismo físico aplicó en 1665 el muelle de espiral a los relojes de bolsillo. En 1647, el ginebrino Gruet, residente en Londres, aplicó al reloj la cadenilla de acero que sirve para transmitir el movimiento del tambor al cono, sustituyendo a las cuerdas de vihuela empleadas hasta entonces. Dos años después se inventaron los relojes de repetición.
Desde entonces, el progreso de la relojería ha sido admirable.


Reloj de Pendulo



Huevo de Nuremberg



Reloj de Torre




Tipos de relojes

Hay una gran variedad de tipos diferentes de relojes, según sean sus aplicaciones, actualmente los relojes personales son electrónicos, ya sean analógicos o digitales, que funcionan con una pequeña pila eléctrica que mediante impulsos hace girar las agujas de los relojes analógicos o marca los números de los relojes digitales.  




Reloj  de Pulsera

Al principio, sólo los llevaban las mujeres, hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en que se hicieron populares entre los hombres de las trincheras. Los relojes de pulsera vienen todos con dos correas ajustables que se colocan en alguna de las muñecas para su lectura. Son de tipo analógico y digital. Aunque la carátula de la mayoría de ellos es generalmente redonda, también existen de carátula cuadrada, hexagonal y hasta pentagonales.



El reloj de bolsillo
Los relojes de bolsillo se inventaron en Francia a mediados del siglo XV, poco después de aplicarse a la relojería el muelle espiral. Al principio tenían forma cilíndrica, variando mucho y con raros caprichos, y desde el comienzo del siglo XVI se construyeron en Núremberg con profusión y en forma ovoidea, de donde deriva el nombre de huevos de Núremberg, creyéndose inventados en esta ciudad alemana.



Partes del reloj

El reloj con esfera tradicional suele contar con manecillas para la hora, minutero (para los minutos) y segundero (para los segundos). Además, puede contar adicionalmente con despertador y/o calendario





Relojes de Lujo

¡Que es lo que hace que una marca sea de lujo?

En sus inicios, el reloj era un elemento ornamental que los caballeros lucían orgullosos en sus chalecos, presumiendo de su diseño o de su maquinaria. Sin embargo, después de la llegada de los relojes digitales y de cuarzo, la atención se centró más en la funcionalidad.






Pero hoy en día, el reloj ha vuelto a recobrar su lugar y ya no se limita a ser un elemento funcional, sino que aporta un valor ornamental de alto nivel. Por ello, las marcas de relojes de lujo, buscan la exclusividad, el diseño y la elegancia y están ganando fuerza en la industria relojera.






Porque no todas las marcas pueden ser consideradas como marcas de lujo. Para ello, es necesario que cumplan una serie de requisitos. En primer lugar, debe de ofrecer relojes precisos y fiables, cuyas maquinarias funcionen en cualquier circunstancia y lugar, y de una manera duradera en el tiempo.





Por otro lado, deben de estar fabricados con elementos de primera calidad, materias primas que aseguran la durabilidad del reloj para que estos no se estropeen a los pocos años. Porque un reloj de lujo se convierte en una inversión, una inversión a largo plazo.

Y, por último, deben de tener un diseño elegante y atractivo, que puede ser más o menos sobrio, más o menos vanguardista, pero no debe abandonar nunca los cánones de la elegancia, y permitir a su dueño que lo pueda llevar en cualquier circunstancia y lugar.



En definitiva, las marcas de relojes de lujo deben de entender la fabricación relojera como un arte, no como una fabricación en serie, un arte dedicado exclusivamente al funcionamiento de una maquinaria que aunque ha ido evolucionando a lo largo de los años, al amparo de los avances técnicos, todavía conserva el mismo espíritu que inspiraba a los maestros relojeros de siglos atrás.